jueves, abril 12, 2007

El arrastre de las olas

Con el aliento de una calurosa brisa primaveral hacía esta mañana acto de presencia en mi habitual puesto de trabajo. Una hora más tarde salía por esa misma puerta, con los ojos enrojecidos. Se acabó. Hoy he presentado mi baja voluntaria.
Han sido 2 años y 4 meses lo que ha durado mi travesía por ese mar tan embravecido y del que, en el fondo, me ha costado partir. Voy a un nuevo puerto, donde me esperan unas aguas, parecen, más serenas. Espero, esta vez, echar el ancla tan profundo que ninguna ola pudiera arrancarla. Espero haber acertado con mi decisión.
Solo me queda añadir que este barco se hubiera hundido hace tiempo si no fuese por esas manos que me alzan fuera del agua todos los días, y que en este cambio de rumbo, me han ayudado a sujetar el timón, como otras muchas veces ya lo hicieron. Gracias a vosotros que sois los que me manteneis a flote. Gracias a ese marinero que atravesó mares por tan solo secar mis lágrimas. Gracias, de corazón.

Os mantendré informados de las mareas que pudieran ocasionar cambios. Mientras tanto, aquí estoy, disfrutando de "vacaciones obligadas"... así que, ya sabeis... estoy ociosaaaaa. ¿Alguna sugerencia?

Mil besos y recuerdos a los que las mareas laborales llevaron lejos.

viernes, febrero 23, 2007

A TÍTULO PÓSTUMO

Se merece una mención especial. Ella y otr@s que también se fueron. Como dice mi madre, "ya Dios ajustará cuentas con cada uno allí arriba". Aquí abajo, nos quedamos con los recuerdos.
Desconcertada, esperando en la puerta de una sala tétrica pero curiosamente soleada, dedique estas palabras a nadie y a todos, supongo, que en el fondo, eran para mi misma.
Sé que hace mucho que no escribo, pero ella, se merecía una mención especial y tengo la necesidad moral y familiar de devolverle de alguna manera, aquellos rezos que sé que me dedicó en su momento. Sin más, para Ella:

Si la luz alimenta a las flores
dando vida por doquier
déjame resguardarme en sus brazos
para que me dé de comer.
Alimente cada rincón de mi alma
con esencia de brisa fresca.
Despierte las almas caídas
en el oscuro mal de la tristeza.
Deja que acaricie mi rostro
enrojeciendo cada palmo
recupere así la fé en el mundo.
No todos son malos.
Hubo bondad en su rostro,
hubo risas y abrazos,
hubo un segundo de su vida,
donde el sol la llenó de gozo.
Alumbra este alma dolida
despiértame de un salto
dulce sol que me das vida
no sucumbas ante mi llanto.
Agita fuerte mis brazos
pégame si hiciera falta
pero no dejes nunca más
vagar a mi alma,
creyendo que
todo es mal en el mundo
creyendo que
a mi vida le falta
ese punto de alegría
que tenía desde mi llegada
a esta tierra de locos,
donde el bueno se levanta,
y el malo queda
abrasado por las llamas.
Sé que mis abuelos, abuelas, tiaabuelas y algún amigo, te cuidarán mejor que nadie. Queda conmigo esa "estampita" de Santa Ángela de la Cruz, que me regalastes.
Descanse en paz.